domingo, 10 de noviembre de 2013

LOS OLVIDADOS Y LA GLOBALIZACIÓN DE LA INDIFERENCIA

Los que entráis en el Mentidero con cierta frecuencia sabéis que suelo escribir títulos bastante largos para los artículos que publico, pero en esta ocasión pensé en utilizar sólo dos palabras, Los Olvidados,   porque en realidad no son necesarias más palabras para expresar la impresión que me causó enterarme de un hecho sucedido hace dos semanas pero del que yo no me he enterado hasta hoy. La noticia apenas ocupa unos pocos párrafos en los periódicos  del treinta y uno de octubre y ya no vuelven a hacer referencia a ella en los días siguientes. La actualidad corre a un ritmo vertiginoso y a veces las noticias que merecerían nuestra reflexión ni siquiera nos da tiempo a conocerlas desplazadas por un alud de nuevos temas que acaparan nuestra atención por una fracción mínima de tiempo y que también no tarda en ser sustituida por otras novedades. Es el curioso fenómeno de nuestra sociedad de la información, donde recibimos noticias  por mil vías diferentes pero esa acumulación de datos no significa que tengamos un mejor conocimiento de la realidad, incluso aquellas historias que nos conmueven, nos impactan, nos escandalizan, también son olvidadas con rapidez. En este caso , la noticia a la que hago referencia fue publicada el 31 de octubre de este año de 2013 informaba que "Los cadáveres de 87 migrantes , entre ellos 48 niños, fueron hallados el miércoles en el desierto de Níger, a una decena de kilómetros de la frontera con Argelia. Esas 87 víctimas - siete hombres , 32 mujeres y 48 niños - se suman a las cinco mujeres encontradas el lunes pasado . Todas las víctimas , que formaban parte de un grupo de inmigrantes que había emprendido un viaje hacia  Argelia  a finales de septiembre, murieron a principios de octubre" 

Eso era todo , un día después la noticia fue arrastrada por la actualidad y aquellas ochenta y siete personas pasaron al olvido, el mismo olvido que las había empujado a arriesgar su vida para emprender un largo viaje, atravesando el desierto,zonas controladas por grupos paramilitares y alcanzar la costa del Norte de África para luego volver a jugarse la vida embarcándose en frágiles embarcaciones en las que viajan hacinados , pagando esos pasajes con lo que les queda de sus bienes y con el peligro de ser abandonados a su suerte al mínimo contratiempo por las mafias que controlan este tráfico constante de emigrantes ilegales. Hombres , mujeres y niños murieron solos, en el camino hacia la única esperanza que tenían , la rica Europa, la presunta tierra prometida aunque el futuro que en ella les aguarda no suele ser el que imaginan, y estremece imaginar lo que sintieron entonces, en los últimos momentos, la sensación de absurdo y soledad , viendo como la muerte se cernía sobre ellos en pleno desierto. El responsable de una ONG local que participó en el rescate de los cuerpos describía al periodista que escribía el artículo  la escena que se presenta ante sus ojos "Los cuerpos estaban descompuestos , era horrible. Los hemos encontrado en diversos lugares, en un radio de veinte kilómetros y en pequeños grupos; en varias ocasiones bajo los árboles, o a pleno sol. A veces era una madre con sus hijos, otra veces niños solos" Cuando leí esta noticia la palabra que me vino a la mente fue absurdo. El gran escritor Albert Camus (1913-1960) decía que "Cualquier hombre, a la vuelta de cualquier esquina, puede experimentar la sensación del absurdo, porque todo es absurdo" . No comparto plenamente su afirmación,  quiero pensar que la vida tiene un fin y un sentido, pero ¿qué sentido tenía la vida de estos abandonados de la fortuna, de estos hombres y mujeres cuya vida parece que no importa a nadie más allá de la conmoción puntual que nos causa enterarnos de las circunstancias que rodaron sus muertes?¿no es absurdo?

Mapa con la situación de la isla de Lampedusa,  que en 2012 fue el destino de casi sesenta mil inmigrantes, un número que ha crecido como consecuencia de los conflictos derivados de la  Primavera Árabe en naciones como Egipto, Libia o Siria  que se han unido a la inmigración procedente de países africanos como Níger, de donde procedían los ochenta y siete inmigrantes cuyo s cuerpos fueron hallados en el desierto del Sáhara , víctimas de la deshidratación. Para ellos es un viaje hacia la esperanza de una vida mejor pero otros sólo encuentran el final de sus vidas. Giuseppina Nicolini, alcaldesa de Lampedusa,  , clamaba cuando se produjo la muerte de trescientos cincuenta inmigrantes  que se dirigían hacia Lampedusa a comienzos de octubre "No puedo no expresar la incredulidad por la miopía de Europa. Si las autoridades no intervienen ahora mismo, serán inevitablemente cómplices de esta absurda y vergonzosa masacre" Más de un mes después nada ha cambiado (Imagen procedente de   http://cinabrio.over-blog.es)

¿Quienes eran?¿cómo se llamaban?¿que sentían? No sabemos nada de ellos más allá de la desesperación que les empujó a poner en juego sus vidas buscando un nuevo horizonte. Apenas unas semanas antes, una diminuta isla del Mediterráneo se convertía durante unos días en protagonista de los informativos. Lampedusa es una pequeña isla de apenas veinte kilómetros cuadrados de superficie y unos seis mil habitantes que se encuentra situada apenas a cien kilómetros de la costa de Túnez, lo que la convierte en el lugar ideal para las embarcaciones que transportan a miles de emigrantes africanos que tratan de  entrar desesperadamente en Europa soñando con que la vida les ofrezca una oportunidad de salir de la pobreza  o, simplemente, sobrevivir. Fue en la década de los ochenta del siglo XX cuando los primeros cuerpos de emigrantes ahogados en su intento por arribar a la isla  fueron enterrados allí, a miles de kilómetros de su hogar y sin alcanzar su anhelado sueño de entrar en Europa. Según Cáritas Italia sólo en el año 2012 llegaron a las costas de esta pequeña isla italiana 58.700 inmigrantes  y durante las últimas dos décadas veinticinco mil de ellos hallarían la muerte en las aguas del Mediterráneo. El hecho más trágico y que centró las miradas sobre el drama humano de la inmigración ilegal  fue la muerte de al menos trescientas cincuenta personas después del incendio y naufragio de la barca en la que iban hacinadas quinientas personas. Hombres , mujeres, niños y ancianos son recogidos de las aguas y enterrados en el cementerio de la isla, sin nombres y apellidos, identificados tan solo por un número, por eso les llaman "los sin nombre".

El papa Francisco, emocionado e indignado al mismo tiempo por esta tragedia trato de despertar las conciencias de los líderes políticos para tratar de poner fin a esa situación "Éste es un mundo salvaje  que no da trabajo, al que no le importa si hay niños que mueren de hambre, si hay familias que no tienen que comer ni la dignidad de llevar el pan a casa, si hay gente que huye de la esclavitud y el hambre buscando la libertad  y encontrado la muerte" Pero todas las declaraciones de los líderes políticos  de aquellos días, las expresiones de tristeza y de indignación, terminan cayendo en saco roto y las promesas de cambiar las políticas inmigratorias no tardan en ser olvidadas por otros problemas que parecen más urgentes, hasta que otra tragedia vuelve a llevarlos a primer plano de actualidad por unos días y el ciclo se repite..Sería simplificador y  un argumento demagogo responsabilizar en exclusiva a Europa de estas muertes. El origen de estas muertes no está en Europa, sino en los países de los que proceden. Huyen de la represión política y la pobreza en Afganistán o en Siria, del hambre  y la violencia en muchos países africanos , por lo que cualquier medida que se tome para que disminuya el número de inmigrantes está destinada al fracaso mientras no se consiga crear sociedades libres con gobiernos que se preocupen por sus pueblos y no por gobiernos  en muchos casos sumidos en la corrupción, totalitarios y más pendientes de conservar y reforzar su poder que en lograr el bienestar de sus pueblos, gobiernos que en ocasiones se mantienen gracias al apoyo de empresas y dinero occidentales Todos tenemos una responsabilidad moral sobre estas personas,  de las que veinticinco mil han dejado sus vidas en las aguas del Mediterráneo en los último veinte años. 

Así son las tumbas de los inmigrantes que mueren en las costas de Lampedusa, apenas una cruz y un número señala el lugar donde se hallan los restos de hombres, mujeres y niños ,los sin nombre.  El naufragio en el que murieron el pasado 3 de octubre trescientos sesenta y seis inmigrantes estaba organizado por un grupo de somalíes que según los inmigrantes los maltrataron y amenazaron durante todo el viaje . uno de ellos denunció que habían sido "torturados y maltratados durante días después de haber sido secuestrados en la frontera entre Sudán y Libia por un grupo de somalíes a bordo de un pick up bajo la amenaza de ametrallarnos " y añadía que hasta veinte de las jóvenes que formaban parte del grupo habían sido violadas. Ese es el infierno que tienen que atravesar miles de personas para llegar a Europa donde luego son recibidos como delincuentes y viven hacinados en los centros de acogida (Imagen procedente de http://www.publico.es)

De nuevo el papa Francisco , un hombre que se sea creyente o no sabe hablar al corazón del que le escucha con un lenguaje directo y libre de metáforas que enmascaren la realidad, nos sacude para que despertemos, "¿Quién de nosotros ha llorado - se lamentaba el pontífice  - por la muerte de estos hermanos y hermanas, de todos aquellos que viajaban sobre las barcas, por las jóvenes madres que llevaban a sus hijos , por estos hombres que buscaban cualquier cosa para mantener  a sus familias?" Y concluía "Somos una sociedad que ha olvidado la experiencia del llanto. La ilusión por lo insignificante, por lo provisional, nos lleva hacia la indiferencia hacia los otros , nos lleva a la globalización de la indiferencia" ¿Quién se preocupa de esta gente? Ni sus países, de los que huyen, ni nosotros que los rechazamos, son vidas humanas que parece que a nadie importan, números en una estadística y en la tumba de un cementerio donde una cruz señala el lugar donde muchos de ellos yacen sin nombre y apellido, en el olvido absoluto. Antes citaba las palabras de Albert Camus sobre el absurdo, y cuando piensas sobre estas personas sientes como te asomas al abismo del absurdo, al sin sentido de esas vidas sin esperanza y de las sociedades  que los rechazan, que los expulsan o les tratan como criminales por el delito de querer sobrevivir. ¿Son estas las sociedades que queremos? El problema es muy complejo, habría que cambiar muchos aspectos del funcionamiento de nuestras sociedades y , lo más difícil , de las sociedades de donde proceden estos inmigrantes. La corrupción, el fanatismo,  la tiranía y , sobre todo, la pobreza, son las causas que todos conocemos , causas que no es sencillo erradicar, pero si de verdad hay voluntad de transformar la realidad sería posible hacerlo. ´

La escritora española Concepción Arenal(1820-1893) nos hacía hace más de un siglo esta pregunta que hoy creo que sigue teniendo la misma validez que cuando la escribió "¿Los pobres serían lo que son si nosotros fuéramos lo que deberíamos ser?" Mientras nosotros nos amargamos por los problemas de deuda pública o  la recuperación económica, problemas de los que no niego su importancia,  en muchas naciones el problema no son las cifras macroeconómicas sino  tener algo que comer para el día siguiente  y puede parecer un argumento simplista pero la realidad son los ochenta y siete cuerpos deshidratados en un desierto de Níger ,o los trescientos cincuenta ahogados en las aguas del Mediterráneo, personas como tu que estás leyendo estas palabras y como yo, personas que tenían deseos , sueños, que habrán amado, que habrán reído o tal vez la vida no les haya dado ni siquiera la oportunidad de hacerlo. La única diferencia entre ellos y nosotros es que nosotros tuvimos la fortuna de nacer en un país rico donde tenemos la comida y el techo asegurado y por tenerlo desde nuestro nacimiento no nos damos cuenta de lo afortunados que somos. No se trata de culpabilizar a nadie por disfrutar del bienestar , yo soy el primero en hacerlo y antes de escribir este artículo estaba viendo un partido de baloncesto , uno de mis deportes favoritos ,mientras comía confortablemente  en el salón de mi casa .Pero disfrutar de la vida , de los pequeños placeres que tenemos a nuestro alcance , no implica que caigamos en lo que el pontífice califica como "la globalización de la indiferencia"  porque si damos la espalda al sufrimiento de tantas personas nuestras vidas si que serán absurdas. De nuevo regreso a Albert Camus que  a pesar de encontrar absurda la vida encontró argumentos para darla un sentido "Está la belleza y están los humillados - escribía - Por difícil que sea la empresa, quisiera no ser nunca infiel ni a los segundos ni a la primera" 

Al menos 166 inmigrantes ilegales acuden a Lampedusa poco antes de la llegada del Papa
Imagen de una barcaza con inmigrantes hacinados tomada cerca de la costa de Lampedusa. El papa Francisco, que visitó la isla poco después de la tragedia hacía esta reflexión "¿Quién es el responsable de la sangre de estos hermanos?Ninguno. Todos respondemos, yo no he sido,yo no tengo nada que ver, serán otros, pero yo no. Hoy nadie se siente responsable, hemos perdido el sentido de la responsabilidad fraterna, hemos caído en el comportamiento hipócrita. Miramos al hermano medio muerto al borde de la acera y tal vez pensamos, pobrecito, y continuamos nuestro camino, no es asunto nuestro, y así nos sentimos tranquilos. La cultura del bienestar, que nos lleva a pensar sólo en nosotros mismos, nos convierte en insensibles al grito de los demás , nos hace vivir en pomas de jabón, que son bonitas, pero son inútiles, no son nada" Creo que no hace falta ser católico ni siquiera creyente para identificarse con las palabras de Francisco que hace una radiografía precisa de nuestras sociedades , de nosotros mismos (Imagen procedente  de   http://www.que.es )
No nos olvidemos de ellos, los olvidados, los sin nombre, los que no son más que un número en las estadísticas y en los cementerios, pero que son personas como nosotros. ¿Qué podemos hacer para cambiar las cosas? Si yo tuviera la respuesta no estaría escribiendo en un blog perdido entre millones de blogs, pero de lo que si estoy seguro es de que no podemos dar la espalda a lo que sucede más allá de las paredes de nuestro hogar y que influyendo en las sociedades en las que vivimos podemos ser capaces de forzar cambios hacia un mundo más justo. ¿Útópico? El escritor y filósofo José Ingenieros(1877-1925) escribía que "En la utopía de ayer , se incubo la realidad de hoy, así como en la utopía de mañana palpitarán nuevas realidades". Todo cambio de la realidad comienza por imaginar otra realidad diferente y  a continuación ponerse a trabajar para lograr , si no lo mismo que hemos imaginado algo que se aproxime mucho a ello y eso ya será un gran éxito. No caigamos en la indiferencia, esas personas sin nombre no se lo merecen, y si llegamos tarde para salvarlas a ellas podemos llegar a tiempo para salvar a millones. Perdonad que por un día me haya salido de mis temas habituales relacionados con la historia, mañana regresaré a ellos,  pero en el fondo esto también es historia, es la historia que vivimos, la que escribimos nosotros con cada uno de nuestros actos y como autores que somos tenemos en nuestras manos el poder de cambiar y corregir aquello que está mal y así, quizás no nosotros, pero las generaciones futuras no tendrán que leer noticias como la que provocaron este artículo. "En el hombre hay más cosas dignas de admiración que de desprecio"  escribía Camus, y esa es la mejor frase para tener la esperanza de que ese cambio no sea una utopía, sino una realidad futura que se puede construir a partir de hoy en nombre de los sin nombre. 

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4 comentarios:

Sonia dijo...

No puedo estar mas de acuerdo. Necesitamos un mundo mas humano.

christian mielost dijo...

Muchas gracias Sonia por tu comentario. Hay una frase del escritor Albert Camus que dice "La verdadera generosidad con el porvenir es darlo todo en el presente". Si todos ponemos nuestro esfuerzo en mejorar el hoy, por muy poco que sea lo que nos parezca que podemos cambiar, estoy convencido que el futuro será mejor que este presente. Después de todo nosotros también somos el fruto de la generosidad de los que nos precedieron, y poco a poco , si no desfallecemos, lograremos evitar imágenes como las de Lampedusa y la de tantos otros lugares donde personas desesperadas pierden la vida buscando eso,esperanza.
Un beso desde Madrid y gracias por estar ahí!!

Anónimo dijo...

Muy real y verdadero lo q acabo de leer. La humanidad se va perdiendo cada vez q decidimos cambiar de canal y omitir esta realidad global

christian mielost dijo...

Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo fuerte desde Madrid!!

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