viernes, 23 de agosto de 2013

LA MATANZA DE TESALÓNICA Y EL TRIUNFO DEL CRISTIANISMO

 
"Habiendo advertido hace ya mucho tiempo que no debe ser cohibida la libertad de religión, sino que ha de permitirse al arbitrio y libertad de cada cual se ejercite en las cosas divinas conforme al parecer de su alma, hemos sancionado que, tanto todos los demás, cuanto los cristianos, conserven la fe y observancia de su secta y religión... que a los cristianos y a todos los demás se conceda libre facultad de seguir la religión que a bien tengan; a fin de que quienquiera que fuere el numen divino y celestial pueda ser propicio a nosotros y a todos los que viven bajo nuestro imperio. Así, pues, hemos promulgado con saludable y rectísimo criterio esta nuestra voluntad, para que a ninguno se niegue en absoluto la licencia de seguir o elegir la observancia y religión cristiana. Antes bien sea lícito a cada uno dedicar su alma a aquella religión que estimare convenirle" Son palabras de un documento clave en la historia de la cultura europea , el Edicto de Milán ,promulgado en esta ciudad del norte de Italia en el año 313, en virtud del  cual se declaraba la libertad religiosa en todos los territorios del mayor Imperio del mundo occidental, el Imperio Romano.  De esta forma , el nuevo emperador de Roma, Constantino I que luego sería conocido como el Grande (hacia 272-337), ponía punto final a las persecuciones religiosas que habían caracterizado la segunda mitad del siglo III , en particular las ordenadas contra los cristianos por su antecesor Diocleciano (244-311) durante su época de gobierno entre 284 y 305.
 
 Once años después se celebraba el I Concilio de Nicea , convocado por el propio emperador Constantino , convirtiéndose en el primer concilio general de la Iglesia si exceptuamos el celebrado en Jerusalén hacia el año  50 aún en vida del primer papa, el apóstol Pedro, en los primeros años del cristianismo. Esta convocatoria mostraba la gran influencia que en muy poco tiempo había logrado la Iglesia sobre el emperador, aunque el poder político de Constantino se mantendría separado de la esfera religiosa , que quedaba en manos del papa Silvestre I (270-335). Lo que en realidad le preocupaba a Constantino es que las disputas teológicas y la aparición de diferentes herejías en el seno de la Iglesia Católica amenazase la unidad política de un Imperio que cada vez sentía más próxima la amenaza de los pueblos bárbaros al otro lado de las fronteras.  La Iglesia Católica se convirtió en esos apenas doce años que separan el Edicto de Milán del Concilio de Nicea en la religión más importante del Imperio , aunque no en la única, ya que de acuerdo al Edicto de Milán tenía que convivir con el resto de credos que coexistían dentro de las fronteras del Imperio. Constantino I el Grande no se habría bautizado hasta el momento de su muerte, pero durante los gobiernos de sus sucesores el cristianismo va incrementando su influencia , se le ceden grandes templos para que los utilice como iglesias y obtiene nuevos privilegios.  Sólo hay un período en el que un emperador tratará de ir  contracorriente pero la historia nos ha demostrado en muchas ocasiones que no es posible navegar contra las corrientes dominantes de la historia.
 
La escultura en la época de Constantino I el Grande era monumental, como este busto del emperador en proceso de restauración. Constantino utilizaría la religión para dotar al Impero de una mayor unidad y apoyó la religión que estaba en auge, aunque él se había educado en el culto a Sol Invictus . Hay que tener en cuenta que no puede ser considerado el primer emperador cristiano ya que se bautizó en el lecho de muerte y lo que hizo fue permitir la libertad de culto en todo el Impero , no convertir al cristianismo en la religión oficial del Imperio, algo que no sucedería hasta el 380. A lo largo de su vida también mostró simpatías por la religión en la que había sido educado, la ya mencionada adoración al Sol Invictus y fue Constantino quién convirtió a nuestro actual domingo en un día de descanso . Entonces se llamaba Dies Solis "Día del Sol", que coincidiría con el nombre en inglés del domingo, Sunday o "Día del Sol" y Constantino decretaba en 323 que en ese día "Se dejará a los magistrados y al pueblo de las ciudades descansar y se cerrarán todos los talleres. En el campo las personas ligadas a la agricultura podrán voluntaria y legítimamente continuar sus labores, pues con frecuencia sucede que el día siguiente no es el adecuado para sembrar o plantar viñas, pues se teme que por dejar pasar el momento propicio para tales operaciones se perderá el favor del cielo" . Será en 383 cuando el Dies Solis cambie su nombre por Dies Dominicus o Día del Señor que daría lugar a la actual denominación de Domingo (Imagen procedente de http://dinastias.forogratis.es )
 
Fue durante el breve gobierno de Flavio Claudio Juliano (hacia 331-363) , más conocido como Juliano el Apóstata, que al subir al trono del Imperio en 361 trató de dar marcha atrás al reloj de la historia favoreciendo los cultos paganos que ya estaban en declive , renegando públicamente del cristianismo y derogando todas las leyes que en las décadas anteriores habían reprimido todos los demás cultos convirtiendo al cristianismo en la religión del Imperio , no de forma legal pero si de hecho. Se había prohibido la conservación de los templos paganos y muchos de ellos fueron convertidos en iglesias cristianas al tiempo que se retiraban todas las ayudas a todos los cultos que no fueran cristianos, situaciones a las que Juliano estaba decidido a poner punto final.  Fue este comportamiento lo que le ganó el sobrenombre , por parte de sus enemigos, de El Apóstata. Pero sus intentos de resucitar el paganismo apenas tuvieron éxito . En el año 363 Juliano emprendía una campaña contra los persas, que bajo el mando de Sapor II(309-379) amenazaban la provincia romana de Siria. Al frente de un gran ejército  transportado por mil naves, Juliano remontó el Tigris hasta la ciudad de Ctesifonte, la capital persa. Pero no pudo tomarla y decidió seguir hacia el norte después de ordenar que se incendiaran las naves para moverse con mayor rapidez por tierra. Aquello desmoralizó a sus tropas y creció el descontento  pues ahora se enfrentaban a una larga marcha por un territorio hostil y desolado , siendo constantemente acosados por los arqueros persas.
 
El 26 de junio de 363, en una de las constantes escaramuzas a las que tenían que hacer frente los romanos durante aquellas marchas, Juliano fue herido. Según algunas versiones por una flecha envenenada que le habría alcanzado en el hígado, según otros por una jabalina que le atravesó el cuerpo y que podría proceder de sus propias filas, de alguno de los muchos enemigos que tenía Juliano entre los romanos cristianos. Lo llevaron a su tienda herido mortalmente y nos cuenta la leyenda que instantes antes de morir exclamó "¡Venciste Galileo!", con lo que habría reconocido el fracaso de su intento de recuperar el culto a los dioses paganos, pero lo más probable es que nunca pronunciara esas palabras . El primero en recoger esta frase habría sido el teólogo y obispo de Ciro, en Siria, Teodoreto de Ciro (393- hacia 466) , casi un siglo después de la muerte del emperador. La Iglesia recuperó los privilegios anteriores a Juliano y su intento de revitalizar el paganismo fue borrado de la historia. Le sucedió uno de sus oficiales , Joviano I (332-364) que irónicamente era cristiano, sin que se conozcan muy bien las razones que llevaron a su designación. Siguió con la retirada que había comenzado Juliano y realizó importantes concesiones a los persas para que le permitieran marchar sin que le siguieran acosando durante todo el camino. Con Joviano comenzó de nuevo la persecución contra los cultos paganos , ordenando la confiscación de los bienes de los templos y condenando a muerte a los que fueran sorprendidos practicando ritos paganos. No sabemos hasta donde habría llegado con estas medidas porque apenas ocho meses después de su nombramiento fue hallado muerto en su tienda  , sin que tampoco conozcamos las causas de su muerte.
 
Escultura del emperador Juliano el Apóstata, el último emperador pagado del Imperio Romano, que declaró a Helios, el Sol , como la única divinidad, siendo todas las demás manifestaciones de esta deidad. Apoyó todos los cultos paganos excepto el cristianismo, tal vez en parte por la dureza con la que había sido tratado por sus tutores cristianos en su infancia, al menos con esa hipótesis juega el escritor norteamericano Gore Vidal en la biografía novelada que dedicó al emperador. Pero el tiempo de los dioses griegos y romanos había terminado, los templos estaban abandonados y a pesar del apoyo de Juliano hubo muy pocas conversiones a los antiguos dioses en sus dos años de gobierno (Imagen procedente de http://www.laaventuradelahistoria.com ) 
 
Era el año 364 y el ejército proclamó como nuevo emperador a Flavio Valentiniano (321-375), que había sido oficial tanto a las órdenes de Juliano como de Joviano. Era un Impero dominado por el ejército donde las legiones proclamaban y destituían a los emperadores. Nada quedaba de los tiempos de la República, cuando era el Senado quién controlaba la política. Valentiniano entregará el gobierno de la parte oriental del Imperio a su hermano Valente (328-378). De esta forma Valentiniano gobierna desde Roma, aunque en realidad lo haría desde Milán que había sustituido a Roma como centro del poder político en la parte occidental del Imperio,  y Valente lo hace desde la ciudad refundada por Constantino I el Grande en 330, Constantinopla, la actual Estambul. Valentiniano tuvo que hacer frente a continuas amenazas en las fronteras de Roma, pero durante los once años que duró su gobierno se mostró como un hombre eficaz y honesto que mantuvo a raya a los cada vez más numerosos y osados enemigos de Roma . En lo que se refiere a la religión, aunque él era cristiano, defendió la libertad religiosa de todos los habitantes del Imperio y trató de poner límites al creciente poder del clero católico que trataba de influir cada vez más en la política de los emperadores.  Tras la muerte de Valentiniano I en 375 , su hermano Valente siguió al mando de la parte oriental del Imperio mientras que la parte Occidental pasó a ser gobernada por uno de los hijos, de Valentiniano, Graciano (hacia 359-383), llamado Graciano el Joven.  Graciano iba a volver a recuperar la política de Joviano a favor del cristianismo y también la represión de los cultos paganos.
 
Tres años después, el 9 de agosto de 378, las legiones romanas de Oriente bajo el mando de Valente sufrían una de las mayores derrotas en la historia de Roma en la batalla de Adrianópolis, librada contra los visigodos en un terreno próximo a la ciudad de Adrianópolis, que hoy conocemos con el nombre de Edirne , situada en el pequeño territorio de la Turquía europea y muy próxima a las actuales fronteras entre Grecia y Bulgaria.  Los historiadores estiman que de entre los quince mil y los veintiún mil hombres que formaban el ejército romano encontraron la muerte dos terceras partes,  y entre los caídos en la batalla estaba  el propio emperador de la parte oriental del Imperio, Valente. Graciano el Joven, sobrino de Valente, se hallaba ahora al frente de todo el Imperio pero necesitaba buscar alguien que le apoyara en Oriente y pusiera orden en el caos después de la batalla de Adrianópolis, por lo que era necesario elegir a alguien curtido en la batalla, con experiencia y dotes de mando, y la elección recayó en un famoso general que se hallaba retirado en Hispania, su tierra natal. Se llamaba Flavio Teodosio (347-395), y habría nacido en una ciudad de Hispania, o en Italica, cerca de la actual Sevilla, o en la localidad segoviana de Coca. Era hijo de Flavio Teodosio, un brillante general que había sido aspirante al trono imperial años antes y que fue condenado a muerte por ello por el emperador Valentiniano I , acusándole de conspirar contra él. Después de aquello, Teodosio, que había luchado junto a su padre, abandonó el ejército y se retiró a Hispania  donde contrajo matrimonio con una ferviente católica llamada Flacilia Aelia, que además pertenecía a la aristocrática familia Aelia , a la que había pertenecido dos siglos antes el emperador Trajano (53-117), el hombre que había llevado al Imperio a su máxima extensión.
 
DOCUMENTAL SOBRE LOS GODOS Y LA BATALLA DE ADRIANÓPOLIS
 
Este es la tercera parte de un documental del Canal Historia sobre los godos y el final del Imperio Romano. He escogido esta parte de ocho minutos de duración porque trata sobre la batalla de Adrianópolis del año 378,  uno de los mayores desastres militares romanos y que permitiría indirectamente, tras la muerte del emperador Valente en la batalla,  el acceso al poder del futuro emperador Teodosio I el Grande, el hombre que convertiría al cristianismo en la religión oficial del Imperio  
 
 
 
 
Graciano, que compartía el gobierno del Impero de Occidente con su hermano pequeño Valentiniano II (371-392) que a la sazón tenía sólo ocho años,  llama a Teodosio y le promete el gobierno de la parte oriental del Imperio si detiene el avance de los visigodos que ya se encontraban frente a las murallas de Constantinopla.  Teodosio acepta y se dirige hacia la ciudad fundada por Constantino. Un año después, en 379 , libra a Constantinopla del asedio de los visigodos  y se establece en la ciudad como el nuevo emperador de Oriente. Teodosio estaba decidido a utilizar la religión como instrumento para reforzar la unidad del Imperio y por ello, el 24 noviembre de 380 , se promulgaba el Edicto de Tesalónica. Aquel histórico texto proclamaba lo siguiente "Queremos que todos los pueblos que son gobernados por la administración de nuestra clemencia profesen la religión que el divino apóstol Pedro dio a los romanos, que hasta hoy se ha predicado como la predicó él mismo, y que es evidente que profesan el pontífice Dámasco y el obispo de Alejandría, Pedro, hombre de santidad apostólica. Esto es, según la doctrina apostólica y la doctrina evangélica creemos en la divinidad única del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo bajo el concepto de igual majestad y de la piadosa Trinidad. Ordenamos que tengan el nombre de cristianos católicos quienes sigan esta norma, mientras que los demás los juzgamos dementes y locos sobre los que pesará la infamia de la herejía. Sus lugares de reunión no recibirán el nombre de iglesias y serán objeto, primero de la venganza divina, y después serán castigados por nuestra propia iniciativa que adoptaremos siguiendo la voluntad celestial."
 
Sesenta y siete años después de que el Edicto de Milán confirmara la libertad de culto en todo el territorio imperial, el Edicto de Tesalónica convertía al cristianismo en la única religión oficial del Imperio mientras que cualquier otro culto quedaba prohibido. Era el triunfo oficial del cristianismo que quedaría refrendado un año después con la convocatoria del Concilio de Constantinopla bajo la presidencia del papa Dámaso I (hacia 304-384). Ya en 383 Graciano el Joven muere asesinado en Lutecia, la actual París . Le tendría que suceder su hermano Valentiniano II, ahora con doce años de edad, pero sus derechos no son respetados y  el  general de las tropas romanas destinadas en la provincia de Britania, la actual Inglaterra y Gales, ,Magno Máximo(hacia 335-388), cruza el Canal de la Mancha con la intención de hacerse con el poder . La madre de Valentiniano II, Justina, para evitar que  su hijo sea asesinado por Magno , se lo lleva con ella y también a la hermana de este, Gala, para buscar refugio en Constantinopla  junto a Teodosio. La esposa de Teodosio fallece en 385 y al ver a Gala el emperador de Oriente se enamora de ella y contraen matrimonio hacia 387, con lo que se convierte en familia de Valentiniano II y valedor de sus derechos al trono del Imperio de Occidente. Teodosio se enfrentará a las tropas del usurpador Magno Máximo al que derrota en 388 . Máximo es capturado y decapitado. Teodosio acompañará a Valentiniano II, a la madre de éste, Justina, y a su esposa Galla a la corte imperial de occidente que ya no se encuentra en Roma, sino en Milán. Y aunque Valentiniano II es el emperador de Occidente, quién de verdad gobierna ahora en ambas partes del Imperio es Teodosio .
 
Teodosio I el Grande se iba a convertir en el último emperador de un Imperio Unido, aunque él había comenzado siendo emperador nada más que de la parte Oriental (de color morado en el mapa) con capital en Constantinopla. Cuando en 392 fallezca Valentiniano II, que fue hallado ahorcado en su habitación, el Magister Militum del Imperio Occidental, Arbogastes, que había sido nombrado por el propio Teodosio para ese puesto y como protector de Valentiniano II, afirmó que se trataba de un suicidio aunque probablemente había sido él quién asesinó al joven emperador. Como Arbogastes era del pueblo de los francos y los romanos no aceptarían a un bárbaro como emperador, puso en el trono a un emperador títere, el maestro de gramática Flavio Eugenio, pero quién gobernaría realmente era el propio Arbogastes. Teodosio se enfrentó a los usurpadores y les derrotó en septiembre de 394 en la Batalla del Frígido, librada cerca de la actual frontera entre Italia y Eslovenia. Tanto Arbogastes como Eugenio eran paganos por lo que también podríamos considerarlo un último intento del paganismo por ocupar el poder. Tras la victoria de Teodosio en la batalla se convirtió en el emperador de un Imperio unificado hasta su muerte un año después, en 395, cuando volvió a dividirse y ya de forma definitiva (Imagen procedente de http://crisisiglesiayestado.blogspot.com ) 
 
Y será en Milán donde Teodosio tendrá que hacer frente al gran poder emergente de esos años, la Iglesia , y a una de sus máximas y más poderosas figuras, el obispo Ambrosio de Milán (337-397). En 388 llega la noticia a Teodosio de que en Mesopotamia unos monjes católicos habían quemado una sinagoga  y Teodosio ordena que sea reconstruida y que los gastos de la construcción sean pagados por los culpables de su destrucción, los monjes. Ambrosio ataca la decisión del emperador e incluso se atreve a amenazarlo con la excomunión. Teodosio opta por ceder, demostrando que el poder de la Iglesia ya puede someter al mismo emperador de Roma, unos síntomas de debilidad del poder político sobre el religioso  inauditos apenas sesenta años antes, cuando gobernaba Constantino I el Grande. Poco después Valentiniano II solicita a Teodosio que de permiso a los arrianos, considerados herejes por la Iglesia Católica desde el Concilio de Constantinopla de 381 por defender que Jesús era un ser creado por Dios y no el mismo Dios encarnado en ser humano, para que construyan una iglesia para su culto. De nuevo el obispo Ambrosio se opone y aunque Valentiniano II trata de enfrentarse a él y enviarle al exilio, Teodosio intercede por el obispo y no sucede nada. Otra muestra más de debilidad de Teodosio frente al obispo. Y así llegamos al año 390 cuando tendrá lugar una victoria decisiva del poder de la Iglesia sobre el poder del emperador que abrirá una nueva etapa en las relaciones entre el poder religioso y el político que marcará gran parte de la historia de Occidente.
 
Viajamos a la ciudad de Tesalónica, la ciudad griega que también conocemos hoy con el nombre de Salónica. Es el año 390 y las relaciones entre el emperador Teodosio y la Iglesia y en particular con el influyente obispo Ambrosio de Milán  , son cada vez más tensas.  No se sabe muy bien lo que sucedió en Tesalónica y cual fue la mecha que inició  los acontecimientos que se desencadenaron después, pero la versión más difundida  es que el  magiste millitum de la ciudad, nombre que se daba a la máxima autoridad militar de la población, ordenó la detención de un conocido auriga. Los aurigas eran los conductores de las célebres cuadrigas, carros tirados por cuatro caballos,  en las carreras que se celebraban en los Circos de las ciudades romanas, que eran los lugares donde se celebraban estas carreras de carros de caballos. Los aurigas que obtenían muchas victorias se convertían en ídolos tan aclamados y famosos como hoy lo pueden ser los futbolistas. El magiste millitum, llamado Boterico, habría ordenado la detención del auriga porque este habría realizado proposiciones sexuales al oficial romano justo en el año en que el emperador Teodosio había aprobado una ley contra la homosexualidad. Ahora imaginad que Cristiano Ronaldo o Lionel Messi es arrestado por la policía, sin duda sería un escándalo que ocuparía portadas y titulares de los informativos. Lo mismo sucedió entonces y los seguidores del auriga  rodearon los edificios públicos de la ciudad exigiendo su liberación y amenazando con una rebelión. La violencia se desató y el auriga fue liberado después de que la multitud asesinase al magister militum y también al gobernador romano de la ciudad. Eso si que eran hinchas y no lo de nuestros días.
 
Cuadro "San Ambrosio y el emperador Teodosio" del pintor flamenco Anton van Dyck(1599-1641) que recoge el momento en que el emperador se humilla ante el obispo Ambrosio de Milán. Por primera vez en la historia del Roma el poder religioso se imponía al poder temporal representado por el emperador . Durante siglos el papado y los reyes y emperadores medievales disputarán para determinar si el poder religioso debía de estar por encima del poder político  y esa disputa comenzó con esta escena (Imagen procedente de http://librodehorasyhoradelibros.blogspot.com )
 
Cuando Teodosio se enteró de la noticia estalló de ira  y ordenó que ya que toda la población había sido cómplice de aquellos asesinatos todos tenían que sufrir el mismo castigo, la pena de muerte.  Después de dada la orden Teodosio se arrepintió , pero su contraorden no llegó a tiempo. El ejército romano había esperado a que los habitantes de la ciudad se reunieran en el Circo de Tesalónica para asistir a la reaparición del auriga al que habían liberado. Cuando ya estaban todos reunidos los soldados romanos bloquearon todas las salidas  y comenzaron a pasar por el filo de la espada a todos los espectadores . Teodoreto de Ciro, al que ya he mencionado antes al hablar sobre Juliano el Apóstata, describió  que la población de Tesalónica fueron cayendo muertos "como en la cosecha de las espigas, fueron todos segados a la vez" Podemos imaginar los gritos, el terror, la confusión y la sangre derramada cubriendo las gradas del Circo mientras uno tras otro iban siendo atravesados por las espadas de los legionarios. Al final de la matanza de Tesalónica se estima que entre siete mil y quince mil cuerpos yacían sin vida, miles de inocentes cuya muerte era responsabilidad directa del emperador. Cuando la nuevas de la matanza llegaron a Milán el obispo Ambrosio se enfrentó a Teodosio exigiendo que se arrepintiera y pidiera perdón públicamente y además le excomulgó hasta que lo hiciera. Teodosio no podía creer que el obispo llegara tan lejos hasta que un día le impidió entrar en la Basílica de Milán. Según el escritor y periodista español Jesús Hernández (1966) en su obra "Las cincuenta grandes masacres de la historia" este fue el diálogo que se produjo entre los dos hombres que representaban la lucha entre el poder político y el religioso.
 
Ambrosio se dirigió al emperador diciéndole  " Deteneos, emperador. ¿Cómo osaríais pisar este santuario?¿Cómo podríais tocar con vuestras manos el cuerpo de Cristo?¿Cómo podríais acercar a vuestros labios su sangre, cuando por una palabra proferida en un momento de ira habéis hecho perder la vida a tantos inocentes?" Le exigió al emperador que pidiese perdón al pueblo  y aunque Teodosio reconoció su culpabilidad "Conozco mi culpa  - habría dicho - y mucho espero de la misericordia divina. David esperó mucho por ella, pues aunque fue adúltero y homicida, jamás padeció la confusión de haber esperado en vano" se negó a la humillación de pedir perdón públicamente. Pero por fin la presión del obispo fue más fuerte y ocho meses más tarde , el día de Navidad de 390, el emperador se presentó ante el obispo como un pecador más rogando su perdón. Ambrosio le puso como una exigencia que promulgase una ley por la que nadie podría ser ejecutado hasta treinta días después de ser dictada la sentencia de muerte para evitar que volviera a suceder algo similar a lo que había acontecido en Tesalónica, donde la contraorden de Teodosio había llegado demasiado tarde para evitar la matanza. Pero lo más importante es el efecto que tuvo aquello, un emperador a los pies del obispo , rogando su perdón. La Iglesia se ponía por encima del poder político por primera vez . El obispo Ambrosio resumiría la situación con esta frase "El emperador está en la Iglesia , no por encima  de la Iglesia". Era el comienzo de una disputa por la supremacía del poder que se prolongaría durante el siguiente milenio, hasta el final de la Edad Media , y era también el triunfo definitivo del cristianismo sobre todos los demás credos en Europa. Los dioses paganos habían muerto y los cristianos, que a comienzos del siglo IV aún eran objeto de persecución, ahora eran los dueños del poder.

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