miércoles, 17 de julio de 2013

EL ESTADO SOY YO Y LAS ENFERMEDADES DEL PODER

 
La historia está llena de citas célebres atribuidas a una u otra personalidad más o menos conocida y que son repetidas una y otra vez fuera de su contexto y sin determinar su veracidad, utilizándolas para apoyar los más diversos argumentos, en ocasiones por completo opuestos a las ideas y la intención con la que el autor de la cita empleada pronunció aquellas palabras, si es que en realidad las pronunció pues no es extraño encontrar unas mismas palabras atribuidas en un mismo diccionario de citas a diferentes personas. Yo no escapo a esa costumbre de apoyar mis argumentos en frases de otros, aunque procuro en la medida de lo posible que procedan de libros que he leído y subrayado por su interés, aunque en otras ocasiones me tengo que fiar de los diccionarios de citas o de las atribuciones que hacen otros escritores . Una de esas frases famosas y casi con toda seguridad apócrifas, es una cuya autoría se atribuye al rey francés Luis XIV (1638-1715), el célebre Rey Sol, uno de los principales responsables de convertir a la nación gala en una de las grandes potencias mundiales además de fortalecer el poder de la realeza y centralizar la política de la nación en sus manos, reduciendo la influencia de la nobleza. Su padre Luis XIII(1601-1643) había fallecido cuando el pequeño Luis tenía apenas cinco años pero después de unos años de obligada regencia por su corta edad, Luis se haría con las riendas del poder que ya no soltaría hasta su muerte a los setenta y siete años de edad. La historia nos cuenta  que durante un discurso a los diecisiete años, en 1655, ante el Parlamento de París, el joven monarca pronunció estas palabras  que demostrarían sus intenciones absolutistas "L´état c´est moi", "El Estado soy yo", personificando en él a la nación y , por lo tanto, toda crítica a él o a su política era poco menos que un ataque contra Francia y, por lo tanto, una traición.
 
Sin embargo, la mayoría de historiadores no dan veracidad a esta anécdota histórica como sucede con otras muchas y, por el contrario, muchos afirman que antes de su muerte pronunció otras palabras con un significado muy diferente "Me marcho, pero el Estado siempre permanecerá" , separando por completo la figura del rey del de la nación de la que él solo sería el  primero de sus servidores. Años después, su bisnieto y sucesor en el trono de Francia, Luis XV (1710-1774), también sería distinguido por la historia con otra frase célebre que, probablemente , tampoco pronunció, "Después de mi el diluvio", en el sentido de que poco le importaba el deterioro del reino si las consecuencias se producían después de su muerte como así fue en la realidad, ya que su sucesor Luis XVI(1752-1793) pagaría con su cabeza tanto sus errores como los de Luis XV durante la Revolución Francesa. Pero aunque estas citas históricas no sean precisas nos transmiten  una idea del poder y de la relación que con él guardan quienes lo detentan, ya sea entre los faraones del Antiguo Egipto, en la Roma de los césares, en las monarquías absolutas europeas, en la Rusia de los césares, en todas las tiranías que han existido y existirán e incluso entre aquellos que llegan al poder  a través de elecciones democráticas, el sistema más justo y eficaz que hemos sido capaces de desarrollar para gobernarnos. El poder es recogido en el Diccionario de la Lengua Española con diferentes acepciones, pero hay una de ellas que resulta inquietante pues los define como "Ser más fuerte que alguien, ser capaz de vencerle" , es decir, imponerse a otro u otros  no por ser más justo o más inteligente, sino más fuerte.

La zarina Catalina II de Rusia (1729-1796) fue una de las principales representantes de una corriente de pensamiento político denominada despotismo ilustrado resumida en la máxima "Todo por el pueblo pero sin el pueblo", una forma de maquillar el absolutismo de los siglos anteriores, modernizando las naciones pero que en realidad seguía dejando todo el poder en mano de los monarcas o de sus validos , mientras el pueblo no tenía ni voz ni voto. En nuestras democracias modernas, en ocasiones los gobernantes parecen querer comportarse como los déspotas ilustrados, asegurando que todo lo hacen por nuestro bien pero sin tener en cuenta la voluntad de los ciudadanos una vez que estos han depositado su voto en las urnas, pero la democracia no puede reducirse al acto de depositar el voto, sino que es un ejercicio continuo de diálogo y pedagogía entre el gobernante y los ciudadanos que le han elegido . Con demasiada frecuencia nuestros parlamentos se convierten en campos de batalla entre los diferentes partidos políticos donde se hablan más de sus ambiciones particulares  que de los problemas de los ciudadanos y, lo que es peor, sin asumir ninguna responsabilidad por sus errores obstruyendo en demasiadas ocasiones la transparencia de su financiación y sus actuaciones , Catalina II no tenía que responder de sus actos ante nadie, hoy hay políticos que parecen comportarse de la misma forma  (Imagen procedente de http://www.esacademic.com )
 
El poder nació en el mismo momento en que los primeros humanos necesitaron a un líder que los guiase, alguien que tomara la responsabilidad, que condujera a aquellos primeros grupos humanos en la caza, que organizara y distribuyera los papeles de cada uno dentro de estas comunidades pioneras . La progresiva complejidad de estas sociedades trajeron consigo las rivalidades por el poder ,las luchas internas dentro del grupo o los intentos por dominar a otros. Surgieron las figuras de los tiranos, los reyes, los emperadores, los faraones, hombres dotados de un poder absoluto sobre sus gobernados, reducidos a la condición de vasallos sin más derechos que aquellos que graciosamente les quisiera conceder su monarca. Serían los griegos los que ensayaron una peculiar forma de gobernarse a la que pusieron por nombre democracia, el gobierno del pueblo, en contraposición con las otras formas de gobierno utilizadas hasta entonces, desde la monarquía, el gobierno de uno solo en griego, a la aristocracia, que en griego significa "el gobierno de los mejores" o la oligarquía , "el gobierno de unos pocos". A lo largo de los dos mil quinientos años posteriores a la instauración de la democracia en la ciudad griega de Atenas se han ido alternando  los diferentes sistemas de gobierno , aristocracia, monarquía, oligarquía y, en menor medida y sólo durante los dos últimos siglos y de forma incompleta, la democracia, ese sistema del que también existe una célebre frase atribuida al que fuera  primer ministro británico, Winston Churchill donde reflejaba aquello de lo que muchos somos conscientes en nuestra vida cotidiana, la gran cantidad de defectos que tiene pero también que no hemos hallado una mejor forma  y más justa de gobernarnos "La democracia - decía Churchill - es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre. Con excepción de todos los demás."
 
Con todos sus defectos, con toda la corrupción , con todas las injusticias, con todas las promesas rotas y las mentiras electorales que suframos por parte de los políticos, no hay un sistema superior a la democracia basada en la elección de candidatos por parte del pueblo para que les representen y protejan sus intereses, otorgándoles también el derecho a arrebatárselo en las siguientes elecciones, ya que ese poder no lo ostentan por derecho divino, ni por derecho de nacimiento sino por delegación del pueblo, del que no son más que sus representantes , portavoces de la voluntad de los ciudadanos. Por supuesto, esta es la teoría y la teoría siempre es más perfecta que la práctica donde entran en juego las debilidades y defectos del ser humano , y , particularmente, su afán de poder. El escritor español Juan Pablo Forner (1756-1797) advertía que "Una democracia es un campo de batalla donde la ambición de pocos jefes se disputa a palmos la facultad de subyugar al pueblo, a costa de la inquietud y a veces de la sangre y miseria del mismo pueblo" , años después otro escritor y periodista, en este caso francés, Louis Latzarus (1878-1942)  señalaba con ironía que "El arte de la política en las democracias , consiste en hacer creer al pueblo que es él quién gobierna"  y el escritor norteamericano Chalres Bukowski(1920-1994) decía  que " La diferencia entre una democracia y una dictadura consiste en que en la democracia puedes votar antes de obedecer las órdenes" Visiones escépticas de nuestras democracias pero que, paradójicamente , sólo se pueden expresar libremente en una democracia. La democracia es el único sistema de gobierno creado por el ser humano que admite la crítica interna y no exige la obediencia absoluta, que otorga al pueblo los instrumentos que permiten controlar a sus gobiernos y la inevitable tendencia del ser humano a abusar del poder.

En la fotografía el presidente Mariano Rajoy a la izquierda de la imagen y el que fuera tesorero del partido Luis Bárcenas, el último escándalo que está ocupando las portadas de los periódicos , no solo en España sino también en el extranjero. No voy a pronunciarme sobre la veracidad o no de las acusaciones de financiación ilegal o el cobro de ciertas cantidades  recibidas por dirigentes del partido en sobres que contenían pagos de empresas privadas que comprarían así favores futuros, solo soy un ciudadano y no tengo  forma de saber si son ciertas o no, aunque tenga mi opinión personal pero escribir sobre ello también me exige una responsabilidad incluso aunque esto no sea más que un blog de un aficionado a escribir, pero si puedo referirme a las actitudes nada dialogantes,  a la falta de búsqueda de consensos , al silencio del presidente en demasiadas ocasiones, a los obstáculos que se ponen a los medios de comunicación para realizar preguntas y , sobre todo, es criticable querer ampararse en la necesidad de la estabilidad política para acallar cualquier crítica, utilizando la mayoría absoluta como un escudo y una carta blanca para no tener que rendir cuentas ante los ciudadanos. La mayor amenaza para toda democracia es que sus representantes e instituciones estén bajo sospecha, por eso no sólo hay que facilitar la investigación y no poner obstáculo alguno, sino que hay que hablar con los ciudadanos en el Parlamento y en ruedas de prensa, tantas veces como sea necesario. Como escribía Plutarco en su obra "Vida de Cicerón " "la mujer de César debe estar libre, no sólo de cualquier acto vergonzoso, sino incluso de cualquier sospecha de ello" (Imagen procedente de http://www.revistavanityfair.es )
 
 Podemos poner todos los reparos que se nos ocurran a la democracia de partidos que impera en buena parte de las naciones de Occidente, hay corrupción, se incumplen las promesas, en muchas ocasiones no se escuchan la voz del pueblo y la política está dirigida por una minoría que con frecuencia se olvida del interés  colectivo. Cada nación democrática tiene sus propios particularismos que también van asociados a la cultura y las costumbres de cada nación, pues no significan lo mismo, por poner un ejemplo, un caso de corrupción política en Finlandia o en Suecia, que en España o Italia porque se parte de dos concepciones de la vida y la sociedad diferentes y lo que en un país puede suponer una indignidad y motivo suficiente para provocar las caídas de los gobiernos , en otros los mismos hechos son perdonados u  olvidados y los gobiernos siguen en el poder como si tal cosa. ¿Se preguntará el sufrido y paciente lector a que viene semejante discurso? Yo vivo en España y aunque mi nacionalidad es alemana he vivido siempre aquí y siento a esta tierra como mi auténtico hogar, porque estoy convencido que lo que nos marca no es donde nacemos  sino donde hemos crecido, donde hemos sido educados, la lengua con la que construimos nuestro pensamiento, el lugar donde hemos amado, llorado y reído. Eso es el hogar y así siento a España y por eso me duele contemplar el espectáculo que está ofreciendo desde hace años nuestra clase política mientras el pueblo, el conjunto de los ciudadanos, sufre las consecuencias de la crisis económica, pero también política y moral, de las últimas décadas . Hace menos de dos años, en noviembre de 2011 el Partido Popular, de ideología conservadora, era elegido por mayoría absoluta para sustituir al anterior partido en el poder, el PSOE, de izquierdas  que llevaba ocho años en el poder y no había sido capaz de buscar una solución a una crisis que ya por entonces había dejado sin trabajo a más de cuatro millones de personas.
 
Yo mismo saludé el cambio como una nueva oportunidad de buscar soluciones, y con el escepticismo con el que cualquier ciudadano recibe las promesas electorales, pensé que se podrían buscar otros caminos que mejorasen la situación española. Siempre que un nuevo gobierno llega al poder , al igual que sucede cuando un entrenador de fútbol se hace cargo de un equipo o cuando una persona cambia de casa, de trabajo o de ciudad, se abre un nuevo tiempo de esperanza , de expectativas de un futuro mejor ,pero a lo largo de mi vida no había visto diluirse estas esperanzas con tanta rapidez, pues las promesas electorales fueron incumplidas una detrás de otra , argumentando que la situación del país era tan grave que no podía hacerse otra cosa y convirtiendo el programa electoral en poco menos que papel mojado. Es decir, aquello por lo que los ciudadanos le habían otorgado el voto y depositado en ellos una confianza absoluta pues absoluta era su mayoría, ahora no eran más que palabras vacías , los argumentos de un comercial que sólo pretenden venderte un producto sin importarle ni la calidad, ni los beneficios que para ti pueda tener ese producto. Hay diferentes formas de calificar esa forma de actuar, una es definir esas promesas electorales como mentiras, que el Diccionario de la Lengua Española define como  "Expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se cree o se piensa" pues el candidato del Partido Popular y hoy presidente del gobierno, Mariano Rajoy(1955), no decía lo que pensaba, lo que creía o lo que sabía, sino lo que queríamos oír y aquello que sabía que le haría ganar las elecciones, por otro lado, un mal extensible a la mayoría de candidatos de cualquier partido en unas elecciones, pero la crítica siempre va dirigida a quién ostenta el poder, porque es él quien tomas las decisiones.

En estos gráficos podemos ver la evolución del deterioro de la situación económica de las familias españolas, tanto durante los últimos cuatro años de gobierno del Partido Socialista, como en el año 2012 en el que gobernó con mayoría absoluta el Partido Popular, unas cifras que no solo no han mejorado en el 2013 sino que han empeorado, aumentando la brecha que separa a los más ricos del resto de la población que cada vez está más empobrecida y, lo que es peor, sin un horizonte próximo de mejora. Con un desempleo juvenil que superar el 50% , también las personas mayores de 45 años se hallan en una situación casi desesperada pues nadie les contrata con esa edad. El empleo que se crea es estacional, precario y mal pagado y el mejor ejemplo de esta situación es el primero de los gráficos que refleja las personas atendidas por Caritas , una organización humanitaria de la Iglesia Católica, que en el año 2006 atendió a 408.000 personas y en el año 2011, el último del que hasta ahora se tienen estadísticas, había aumentado en un 148% hasta el 1.015.000 personas atendidas. Y las cifras no son capaces de transmitirnos el drama humano que se halla detrás de cada número, detrás de cada familia sin ingresos, cada joven que ve interrumpida su evolución humana y profesional por falta de oportunidades o de cada persona madura que no encuentra ninguna salida a su situación. La situación es tan grave que hay que exigir a los representantes políticos como mínimo honestidad e integridad y, además, que se hagan responsables de sus actos  y ofrezcan todas las explicaciones necesarias ante quienes le eligieron confiando en sus palabras y promesas  (Imagen procedente de http://sociedad.elpais.com )
 
Otra forma de definir ese incumplimiento de las promesas electorales es el de estafa  , un delito que el Derecho define como "Cometer alguno de los delitos que se caracterizan por el lucro como fin y el engaño o abuso de confianza como medio". Se ha abusado de la confianza del elector, tal vez de su ingenuidad, de su desinformación, de su credulidad , se le ha ocultado la verdad y una vez obtenido lo que de él se pretendía se han cambiado las reglas de juego. Por fortuna, una de las ventajas de la democracia es que cuando el ciudadano se siente engañado y estafado tiene la oportunidad de enmendar ese voto en las próximas elecciones al tiempo que el Parlamento, la justicia y los medios de comunicación sirven de contrapeso y limitan el poder del gobierno, algo que no existe en ninguna otra forma de gobierno. Pero en democracia hay algo que se llama mayoría absoluta, que pudiendo ser beneficioso a la hora de tomar decisiones urgentes en un marco complicado de crisis económicas, es también una clara invitación a abusar de ese poder, porque la mayoría parlamentaria es lo más parecido que hay en democracia al poder absoluto de los antiguos monarcas, al estado soy yo atribuido a Luis XVI. Uno de los pensadores más influyentes de la filosofía Occidental, el francés Michel de Montaigne (1533-1592), cuya obra "Ensayos" debería ser libro de cabecera  de nuestros políticos, escribía que "Es una lástima tener tanto poder , que todo ceda a vuestra voluntad" Cuando un gobierno disfruta de mayoría absoluta los mecanismo de control democráticos dejan de funcionar correctamente, las propuestas de los otros partidos son sistemáticamente rechazadas, sus alegaciones descartadas, sus críticas ignoradas e incluso las manifestaciones populares de protesta o descontento por la acción del gobierno no son tenidas en cuenta porque los políticos saben que, antes o después, el tiempo apaciguará el enfado del pueblo al que se podrá volver a seducir con nuevas promesas.
 
Hace  unos años que me aparté de todo apoyo a una u otra  ideología, derechas o izquierdas, algo que no es tan sencillo porque todos procedemos de un ambiente familiar y una tradición que influye en nuestro pensamiento. El filósofo  español José Ortega y Gasset en el prólogo de una de sus obras de referencia,  "La rebelión de las masas", escribía "Ser de la izquierda es, como ser de la derecha  una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejía moral". Yo no soy tan contundente y parto del respeto a las convicciones ideológicas de toda la gente siempre que estas respeten el derecho de los demás a pensar de forma diferente, pero con los años llegué a la convicción de que la política no se puede mezclar con los sentimientos sino que tienes que seguir los dictados de la razón. Hoy puedo votar a un partido de derechas, en España el Partido Popular, y si lo hace mal, mañana votaré a uno de izquierdas, el PSOE o de centro, como UPyD o a cualquier otro partido que sepa ganarse mi confianza, y si también me defrauda , volveré a cambiar de partido. No es la democracia lo que nos decepciona, gracias a ella puedo elegir el gobierno, puedo expresarme en libertad sin temor a que nadie llame a mi puerta a detenerme por mis opiniones , lo que nos decepciona, al menos a mi, son las personas, como antes me decepcionó el que fuera  presidente José Luis Rodríguez Zapatero y ahora lo hace, de forma extraordinaria, el actual presidente Mariano Rajoy. ¿Dónde quedan las promesas de creación de empleo, de regeneración de la nación?¿donde están las soluciones  que nos decía tener para el futuro de España? No ha transcurrido ni dos años desde su elección y el panorama es desolador y el ambiente se esta tornando irrespirable.
Esta viñeta refleja la actitud de muchos ciudadanos en la política, defendiendo a un partid político como si se tratara de un equipo de fútbol o de una creencia religiosa . Respetando , como no puede ser de otra forma, la actitud de cada uno en política , creo que el poder que la democracia concede a los ciudadanos es precisamente el de retirar su confianza a quién nos defrauda cambiando nuestro voto. Si eso significa que hoy votaré al Partido Popular, mañana al PSOE y pasado a UPyD o Izquierda Unida no debería ser un obstáculo para nosotros , ya que todos ellos son partidos democráticos . Es lógico que cada uno tengamos más afinidad o simpatías por un determinado partido o ideología política, pero las simpatías no deberían convertirse en un cheque en blanco a ese partido otorgándole el voto haga lo que haga. No se trata de una competición entre buenos y malos, sino sustituir al que ha demostrado que no es eficaz, nos ha mentido o nos ha defraudado por otra opción política y si este también nos defrauda cambiar de nuevo el voto. Hay  que tratar de evitar el cautiverio de las siglas (Imagen procedente de http://www.solosequenosenada.com ) 
 
El problema del desempleo,  del desprestigio de las instituciones, de la corrupción,  no solo no ha mejorado, sino que se han agravado. El desempleo ha superando una cifra inconcebible en cualquier otro país europeo, más de seis millones de personas desempleadas . Los despidos se han abaratado y los sueldos se han reducido en virtud de lograr lo que denominan "flexibilización del mercado laboral" y "aumento de la productividad" que son términos que maquillan la realidad, la de un trabajo más precario , con menos protección para el trabajador, con peores condiciones laborales y salarios más bajos para aquellos que tienen la fortuna de tener todavía empleo. Pero como nos aseguran que eso no es suficiente y que hay que hacer más reformas, se suben los impuestos, tanto directos como indirectos, los servicios públicos se privatizan o se reducen, se incrementan todo tipo de tasas asfixiando a las familias que , mientras todo sube, sus salarios menguan. Pero , nos dicen, hay que sacrificarse. Y la gente calla, y la gente trabaja, y la gente agacha la cabeza y sigue levantándose cada día para tratar de sobrevivir a una crisis que la ahoga, con el miedo de muchas familias a perder lo que tienen porque en realidad no es suyo, pertenece a sus acreedores, o aquellos que ya no piensan en ello porque su única preocupación es llevar algo de comer cada día a la mesa. Puede parecer exagerado, pero  en el informe de Caritas "Desigualdad y Derechos Sociales. Análisis y Perspectivas 2013" hecho público en la primavera de este año 2013 , indicaba que 600.000 hogares españoles no tenían ningún ingreso , el 21,8% de los españoles vive en pobreza relativa y unos tres millones de personas podrían incluirse en el nivel de pobreza extrema, una situación a la que termina culpándose a los mismos que la sufren, a los ciudadanos, mientras que ningún político, ninguno de los dirigentes que han gobernado este país en las últimas décadas se considera responsable de nada.

Pero después de sentirnos engañados y a pesar de ello aceptando en silencio los nuevos sacrificios que no se nos pedían , sino que se nos imponían, ahora estallan escándalos de corrupción por doquier, que afectan tanto al partido en el poder , el Partido Popular, implicado en una presunta trama de financiación ilegal de sus campañas electorales a través de ayudas de empresarios que les habrían entregado dinero no declarado a cambio de futuros favores de las administraciones gobernadas por el partido, como de otros partidos de la oposición como el Partido Socialista o el nacionalista catalán, CIU. Por supuesto, todos los implicados, de uno u otro partido ,niegan las acusaciones, todo el mundo es inocente, aunque los documentos, las denuncias , las declaraciones muestran a los asombrados e incrédulos ojos de los ciudadanos un panorama de corrupción, de mentiras, de medias verdades , simplemente desolador y vergonzoso. Sería más sencillo descartar todas estas acusaciones si los partidos políticos hubiera dado un ejemplo de honestidad, si hubieran tratado de cumplir sus promesas, si realmente tuvieran en cuenta a los ciudadanos y no se limitaran a imponer leyes "por el bien de todos" sin que acertemos a entender en que nos benefician y más grave aún, sin que se digne nadie a explicarlo. Mi abuelo era médico y pensaba que no bastaba con dar buenos consejos a los pacientes, ocuparse y preocuparse por ellos, sino que también había que darles esperanza y predicarles con el ejemplo, por eso no fumaba, comía de forma sana y hacía ejercicio , lo mismo que él aconsejaba a sus pacientes.¿Qué pensaríamos de un médico que nos aconseja dejar de fumar mientras está degustando un buen puro?¿escucharíamos sus consejos para llevar una dieta más sana mientras en nuestra presencia está devorando un menú de alguna célebre hamburguesería?¿obedeceríamos a un policía que nos detiene por ir a más velocidad de la permitida mientras él está ebrio?

Una imagen de las protestas que durante el mes de junio se extendieron por Brasil y que se unieron a las que casi al mismo tiempo tenían lugar en Estambul. Las motivaciones no eran las mismas pero estaban unidas por el descontento ante las situaciones políticas o económicas en estas naciones y la sensación que se extiende entre los ciudadanos de que no son escuchados y que sus representantes gobiernan de espaldas a ellos. El político español Enrique Múgica (1932) afirma que " La democracia no es el silencio, es la claridad con que se exponen los problemas y la existencia de medios para resolverlos" . Eso es lo primero que hay que exigir en democracia, transparencia, diálogo, explicaciones y justificación de las decisiones , aspectos que los políticos tienden a obviar con demasiada frecuencia y que en situaciones tan difíciles para muchos ciudadanos como la crisis actual aun indignan más porque lo que termina entendiendo el ciudadano es que  solo se preocupan por él cuando es la hora del voto y que su voz no cuenta para nada  (Imagen procedente de http://www.fundamentar.com )

El poder conlleva responsabilidad , el líder tiene que dar ejemplo a los demás para tener autoridad moral y pedir sacrificios a los que le votaron y , sobre todo, no tiene que olvidar que, aún teniendo la mayoría absoluta, eso no le confiere un poder absoluto, él no es la encarnación del estado, no puede decir "El estado soy yo", porque aunque tuviera el 100% de los votos seguiría siendo nada menos que el representante del pueblo, pero también nada más que eso, alguien al que se ha conferido el derecho de gobernar en nombre de todos , pero al servicio de la voluntad popular. Soy consciente que no estamos en la antigua Atenas y no podemos acudir al ágora a someter a votación cada decisión, pero no se puede actuar de espaldas a las personas a las que representas, no puedes guardar silencio antes las preguntas de los medios de comunicación porque son los intermediaros entre el pueblo y el poder político, no puedes utilizar el argumento de la mayoría absoluta como si fuera una patente de corso que te autoriza a actuar como te convenga en cada momento. La democracia es diálogo y debate, el uso del poder debe ser medido y mesurado pues, como decía William Shakespeare, "Excelente cosa es tener la fuerza de un gigante; pero usar de ella como un gigante es propio de un tirano". Cuando hay una acusación como sucede ahora contra el presidente del gobierno y el partido en el poder, y lo  mismo vale para el resto de casos de corrupción que afectan a los demás partidos,   no hay que hablar de chantaje al estado, simplemente hay que hablar con claridad a los ciudadanos sin lanzar acusaciones contra los demás partidos ni contra los medios de comunicación que informan sobre ello, dirigirse al Parlamento y explicar la postura personalmente. ¿Es mucho pedir que las personas que elegimos como representantes hablen con nosotros sin necesidad de que tengamos que rogárselo, suplicárselo , como si fuera un inmenso favor que nos hacen y no su obligación?

Son tiempos muy difíciles para millones de personas, no sólo en España sino en muchas otras naciones, pero a la gravedad de la situación económica no se le puede sumar la desconfianza en las instituciones, una desconfianza que se está extendiendo entre sectores cada vez más amplios de la población y ya hemos sido testigos de como este descontento puede traducirse en movimientos de protesta como los recientes de Brasil o Turquía. Los políticos, del signo que sean, de derechas o de izquierdas, no son el estado, el estado son el conjunto de los ciudadanos y a ellos se deben , a ellos tienen que rendir cuentas cuando así se lo soliciten, porque no se puede , en democracia, gobernar de espaldas a las personas que te confirieron el poder, porque la verdadera grandeza no está en reunir mucho poder, sino en tener dominio sobre él y que no te domine a ti, el mal más extendido entre las personas poderosas. El filósofo romano Séneca advertía que "Todo poder excesivo, dura poco" , aunque, por desgracia, la historia está llena de ejemplos que desmienten esta afirmación , de poderes tiránicos que se perpetuaron durante generaciones. No es este el caso de España, donde vivimos en una democracia y donde el poder está en los ciudadanos, por eso es también responsabilidad de todos nosotros no abdicar de nuestras obligaciones como ciudadanos, de nuestro deber de exigir ejemplaridad a todos nuestros políticos, de uno y otro bando, y no es una solución decir "todos son iguales" o "prefiero no saber nada, bastante tengo con mis problemas" porque en ese caso estaremos hablando de una sociedad democrática gravemente enferma. Los medios de comunicación y los ciudadanos tienen que ser ,junto a la justicia y los representantes elegidos en las elecciones, el control necesario para evitar los abusos de poder. El estado no soy yo, el estado somos todos nosotros, y el único camino para salir de situaciones como la actual es la honradez, la honestidad, el diálogo y la búsqueda de la verdad, al menos así lo veo yo. Y "después de mi el diluvio" ya no es una respuesta  

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